Page 1022 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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ruta. Esperaban en solares de obras y junto a las orillas
de canales con su serpentina carga a un lado, a la espera
de la noticia de que alguna de las conexiones no había
sido hecha.
Pero la obra parecía bendecida. Hubo problemas,
momentos perdidos, tiempo desperdiciado y breves
pánicos, pero ninguno de los equipos desapareció o
falto a su cita. Los equipos de reserva permanecieron
ociosos.
Un gran circuito sinuoso fue construido a lo largo de
la ciudad. Discurría a lo largo de más de tres kilómetros
de texturas: su piel de goma color negro mate se
deslizaba bajo limos fecales; a lo largo de moho y papel
putrefacto; a través de la maleza, de franjas de hierba
cubiertas de ladrillos, perturbando los rastros de gatos
salvajes y niños de las calles; sembrando los surcos de
la piel de la arquitectura, empapada con los coágulos
granulados de polvo de ladrillo húmedo.
El cable era inexorable. Avanzaba, desviando su
camino aquí y allá brevemente con pequeñas curvas,
abriendo una vereda por el mismo centro de la ciudad.
Estaba tan resuelto como esos peces que van a desovar,
abriéndose camino con todas sus fuerzas a través del
monolito erguido del centro de Nueva Crobuzon.
El sol que empezaba a hundirse tras las colinas del
oeste, las tornaba magnificentes y portentosas. Pero ni
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