Page 111 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Roja.

                El  mote  de  Kate  hacía  referencia  a  su  cabello  de

            jengibre e, Isaac había creído siempre, a la acusación


            pendiente sobre la creativa bancarrota de sus patrones.

            Era  muy  fuerte,  con  un  buen  ojo  para  saber  a  quién

            sobornar y a quién rehuir, a quién sacudir y a quién


            ablandar  con  una  cerveza  gratis.  Por  ese  motivo  (y,

            según sospechaba Isaac, por una cierta capacidad con


            un  par  de  sutiles  encantamientos  taumatúrgicos),  el

            Hija de la Luna negociaba una senda tan exitosa como

            precaria,  evadiendo  las  mafias  de  protección  de  la


            zona. La milicia no hacía muchas redadas en el local de

            Kate, y solo de forma superficial. La cerveza era buena,


            y  no  hacía  preguntas  sobre  lo  que  se  trataba  en  las

            mesas.

                Aquella  noche,  Kate  saludó  a  Isaac  con  un  breve


            movimiento  de  la  mano,  que  él  devolvió.  Revisó  el

            local, cubierto de humo, pero no dio con la persona a la

            que buscaba. Se acercó a la barra.


                —  ¡Eh,  Kate!  —gritó  por  encima  del  estruendo—.

            ¿Sabes algo de Lemuel?

                Ella  negó  con  la  cabeza  y  le  sirvió,  sin  abrir,  una


            Kingpin.  Isaac  pagó  y  se  giró  para  encararse  con  el

            resto del local.


                Se  sentía  defraudado.  El  Hijas  de  la  Luna  era

            prácticamente el despacho de Lemuel Pigeon. Se podía




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