Page 311 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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descubrir qué ponía tan nervioso al pájaro, el esbelto

            cuerpo  reptiliano  de  un  aspis  voló  como  una  saeta

            desde una esquina de la pasarela a la otra y apresó al


            pequeño  pájaro  a  su  paso.  Las  advertencias  del

            reyezuelo se cortaron de forma abrupta.

                Isaac  se  tambaleó  con  torpeza  fuera  de  la  cama  y


            trazó círculos confusos.

                —Notas —se dijo—. Tomar notas.


                Buscó papel y lápiz de su mesa y comenzó a registrar

            todos sus recuerdos sobre la mierda onírica.

                — ¿Qué cono fue eso? —susurró mientras escribía—


            .  Algún  tarado  haciendo  un  estupendo  trabajo  de

            reproducción  de  la  bioquímica  de  los  sueños,  o


            accediendo  a  su  fuente...  —se  masajeó  otra  vez  la

            cabeza—. Dios, ¿qué clase de engendro se come eso...?

            —Se  incorporó  un  momento  y  observó  al  ciempiés


            cautivo.

                Estaba totalmente quieto. Isaac abrió la boca en un

            gesto idiota, antes de lograr dar voz a las palabras.


                —Oh‐dioses‐míos. Oh‐mierda.

                Cruzó despacio y nervioso la estancia, sin ganas de

            seguir, temeroso de ver lo que estaba viendo. Se acercó


            a la jaula.

                Dentro,  una  colosal  masa  de  carne  de  gusano  de


            hermosos  colores  se  agitaba  descontenta.  Isaac  se

            incorporó  incómodo  sobre  aquel  ser  enorme.  Podía




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