Page 493 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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canales  de  Arboleda  junto  a  los  diques  secos,  los

            capitanes de naves llegadas de puntos tan lejanos como

            Khadoh vigilaban impacientes a los piquetes vodyanoi


            que atestaban el río, preocupados por su regreso a casa.

                Hacia  la  mitad  de  la  mañana,  los  estibadores

            humanos llegaron para comenzar con su tarea de carga


            y descarga, y descubrieron al instante que su presencia

            era más o menos superflua. Una vez se terminara de


            preparar los barcos que seguían anclados en la propia

            Arboleda, lo que representaría como mucho dos días

            de trabajo, se quedarían parados.


                El  pequeño  grupo  que  había  negociado  con  los

            vodyanoi en huelga llegaba preparado. A las diez de la


            mañana, unos veinte hombres abandonaron de repente

            sus puestos, saltaron las verjas que rodeaban los diques

            y  corrieron  hacia  los  muelles  donde  estaban  los


            piquetes, que los recibieron con una algarabía rayana

            en  la  histeria.  Los  recién  llegados  desplegaron  sus

            propias  pancartas:  «  ¡HUMANOS  Y  VODYANOI


            CONTRA LOS PATRONOS!».

                Todos se unieron en sus ruidosas soflamas.

                A lo largo de las dos horas siguientes, los ánimos se


            caldearon.  Un  grupo  de  humanos  dispuso  una

            contramanifestación desde dentro de los muros bajos


            de los muelles. Gritaban insultos a los vodyanoi, y les

            llamaban ranas y sapos. Después se enconaron con los




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