Page 57 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Acabó las operaciones y obtuvo respuestas
satisfactorias. A velocidades mayores, los
campos de presión dinámica se autorreforzaban
automáticamente; servían de sostén no sólo
para sí mismos, sino también para la nave. Los
estatorreactores de siembra parecían poder
alcanzar velocidades ilimitadas.
Como disponía de todo el tiempo, se instaló
ante el panel de mandos y comenzó a operar
con los campos.
Emergieron como alas invisibles. Corbell
sintió los embates del hidrógeno en fusión, en
estallidos mal controlados. Mantuvo los campos
plegados en torno a la nave por temor a perder
el equilibrio allí donde la corriente de protones
era tan inestable. Incluso podía percibir su
propio manejo. Con ayuda del adiestramiento a
base de ARN, era capaz de conducir ese
vehículo por las sensaciones de su trasero.
Era como convertirse en gigante. ¡Oh, aquella
enorme, fálica, germinal nave voladora de
fuego y metal! Llevando consigo la simiente de
la vida, hacia mundos que no la conocían,
circunvaló bramando en torno al Sol y se lanzó
hacia afuera. En esa etapa el empuje cedió un
poco, pues tanto él como el viento solar
avanzaban en la misma dirección. Pero le
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