Page 58 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


               recogió  en  sus  redes,  como  el  viento  en  las


               velas, le guió, le quemó, le lanzó a sus espaldas.



               La  nave  avanzaba  con  mayor  celeridad  a  cada


               instante.


                  Aquella sensación de poder, de enorme poder


               masculino,  debía  ser  en  parte  efecto  del


               adiestramiento  con  ARN,  pero  a  esa  altura  ya


               no le importaba. Una parte era suya, de Jerome


               Corbell.



                  Al entrar en órbita en torno a Marte, seguro de


               que no le cegaría ningún destello de sol, pidió al


               ordenador  que  le  presentara  una  visión


               completa  del  panorama.  Las  paredes  de  la


               esfera  que  constituía  la  sala  de  mandos


               parecieron  desaparecer;  el  cielo  centelleó  a  su


               alrededor. No había planetas cercanos. Sólo veía


               miríadas  de  puntos  luminosos,  blancos  en  su


               mayor parte, algunos con matices de color. Pero



               eso no era todo: el hidrógeno en fusión creaba


               un anillo de luz fantasmal alrededor de la nave.


                  Ya aumentaría en intensidad. Por el momento


               el  empuje  era  escaso,  apenas  más  de  lo


               necesario para contrarrestar la escasa atracción


               del Sol.


                  Inició la órbita en torno a Júpiter ajustando los



               campos para canalizar el flujo de protones hacia


               un  costado.  Eso  aumentaría  el  impulso,  pero

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