Page 133 - Kraken - China Mieville
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qué frecuencia, pensó, se presentan esta clase de
ofertas? Un caballero surgiendo de un armario con
la oferta de otro puesto, pero tienes que venir ya. ¿El
calamar estaba ahí fuera, o lo habían destruido?
No se fiaba de sus potenciales compañeros. No
comprendía sus métodos de contratación.
Vio colgar las cortinas lacias a la luz del
televisor, recordando el obsceno descubrimiento
en el sótano del museo. Pensó que no estaba
especialmente exhausto. Imaginó la ventana al
otro lado de la tela. Se despertó abruptamente en
el sofá, despavorido.
¿Cuándo narices se había quedado dormido?
No recordaba transición alguna. El libro que ni
siquiera recordaba haber empezado a leer se
deslizó de sus manos como si fuera una manta
poco adecuada. Estaba oscuro. Billy se dio cuenta
de que había oído un golpeteo en la puerta.
Un tamborileo, como las patas de una
salamandra al otro lado de la madera. Una uña
rascando y, sí, un murmullo. Billy se quedó
callado. Se dijo que debía de ser el remanente de
un sueño, pero no lo era. Volvió a sonar.
Billy se arrastró sigilosamente hasta la cocina y
cogió un cuchillo. El levísimo ruido persistía. Pegó
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