Page 134 - Kraken - China Mieville
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la oreja a la puerta. La abrió, consciente de su
propia valentía y sigilo ninja, desconcertado.
Mientras empujaba, Billy cayó en la cuenta de que
debería estar llamando a Baron, por supuesto, en
lugar de satisfacer su propia vigilancia
incompetente. Pero estaba atrapado por el
impulso, la puerta se abría.
El pasillo estaba vacío.
Echó un vistazo a las puertas de los vecinos. No
había corrientes de aire, ni ráfagas que insinuaran
que alguna puerta se hubiera cerrado
apresuradamente. Ni nubes de polvo suspendido.
Billy miraba la nada. Se quedó allí en pie unos
instantes, minutos. Estaba inclinado hacia fuera
como un mascarón de proa, para ver el mayor
trecho posible de aquel pasillo, manteniendo los
pies dentro del apartamento. Seguía sin haber
nada.
Esa noche no durmió en su cama. Se llevó el
edredón al sofá, más cercano a la puerta de
entrada, para poder oír. No hubo más ruidos, pero
apenas pudo conciliar el sueño.
Por la mañana comió tostadas en un
apartamento demasiado silencioso, con aún más
silencio pesando en las ventanas, desde el exterior.
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