Page 135 - Kraken - China Mieville
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Descorrió  las  cortinas  lo  justo  para  ver  un


             mugriento día gris, montoncitos de ramas y hojas



             y bolsas de plástico arrastradas por el viento, y la


             improbable búsqueda de la ardilla mirona.




                    Nunca  fue  de  los  que  tienen  una  plétora  de


             amigos, pero no era habitual que Billy se sintiera


             solo, no como ahora. «Puedes pasart?», le escribió


             a Leon. «Tngo k contart. Plis». Se sentía como si lo


             estuvieran sacando de un tirón de una trampa en


             la  que  lo  habían  metido  Collingswood  y  Baron.


             Animal rebelde, valeroso. Albergaba la esperanza



             de  que  esa huida  no  equivaliera a  cercenarse  su


             propio brazo.




                    Cuando llegó Leon, Billy volvió a asomarse por


             el marco de la puerta.




                    —¿Qué manera es esta de hacer el ganso? —


             dijo Leon—. Esta noche es de lo más chunga, me


             he peleado como tres veces de camino aquí, y mira


             que soy un tío pacífico. Te he subido el correo. Y


             vino.




                    Le enseñó una bolsa de plástico.




                    —Aunque sea temprano. ¿Qué leches pasa? ¿A


             qué debo…? Joder, Billy.




                    —Entra. —Billy cogió la bolsa y los sobres.



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