Page 147 - Kraken - China Mieville
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Durante buena parte de su infancia y
adolescencia, Kath Collingswood había resultado
indiferente o bien había caído medianamente
antipática a la mayoría de sus profesores. A un
hombre, su profesor de biología, le disgustaba
especialmente. Ella lo supo casi desde el inicio de
su relación, e incluso consiguió expresar ante sí
misma y evaluar con cierta claridad las razones
que él pudiera tener.
La opinión que se había hecho de ella como una
chica malhumorada se la admitía, pero
consideraba que no era asunto suyo, no más que el
hecho de que mirara con malos ojos a sus amigos.
La creía una abusona, cosa que era verdad, según
ella, en un sesenta y cinco por ciento. Desde luego
se le daba bien intimidar a más de la mitad de su
clase, y lo hacía. Pero eran jugarretas menores
perpetradas sin regodeo, vagamente, casi por
obligación, para mantener a la gente a distancia.
Collingswood no había reflexionado
demasiado acerca de lo fácil que le resultaba
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