Page 815 - Kraken - China Mieville
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barrido de colores otoñales en el cielo que
realmente podían ser, que verdaderamente debían
ser, pequeñas tormentas espectaculares.
Por lo que ella presenció, no tenían nada que
ver con el calamar, y fuera la que fuera la
micropolítica del asunto, había permanecido
opaca a sus ojos. No era más sabia y, francamente,
para entonces lo que sí estaba era un poco
halucinada.
—¿Cómo te llamas?
Por fin, el hombre habló.
—Paul.
Una vez limpio de las manchas de mugre y de
sangre que lo cubrían, Paul era un hombre de entre
cuarenta y cincuenta años. Cuando estuvo lúcido,
se sintió intimidado.
—Calma, calma, espera —le dijeron Billy y
Dane, cuando se echó a temblar, mientras ellos lo
tenían agarrado, escondiéndose.
—Van a venir a buscarme —repetía sin cesar. Y
durante todo aquel delicado proceso para
tranquilizarlo, el Tatuaje seguía interviniendo. La
voz surgía continuamente. Amenazas, insultos,
órdenes procedentes de la boca del tatuaje que
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