Page 945 - Kraken - China Mieville
P. 945

72









                    Sabían  (Paul,  explícitamente;  Marge,  por


             medio del instinto que estaba desarrollando) que


             aquello  estaba  lejos  de  acabar,  en  lo  relativo  a



             Londres. No obstante, para ellos aquella ejecución


             había  significado  el  final  de  una  época.  Estaban


             sentados donde habían caído, hablando un poco,


             pero casi todo el rato se quedaron allí sentados, sin


             más, aspirando el aire libre de Goss y Subby. Paul


             lanzó  de  una  patada  el  corazón  de  Goss  que  se


             deslizó por el hormigón.




                    Cuando                murió             Goss,            las         luces           del


             aparcamiento  se  habían  atenuado  dos  veces  y



             volvieron  a  encenderse  en  forma  de  «hip  hip


             hurra», de júbilo objetual. Los colores cambiaron y


             las sombras se movieron, mientras unas emisarias


             de  distintas  cortes  (de  hadas  seelie,  unseelie,


             abseelie o paraseelie) se pasaban por allí a ratificar


             el  rumor  que  ya  se  estaba  propagando.  Unos


             cuantos fantasmas, que Marge no vio, pero sí notó


             como  movimientos  de  triste  calidez.  Con  un


             «hiiii»,  pasó  a  su  lado  una  esencia  porcina.  Fue



             poco después de eso cuando oyeron un coche.




                    Sin sirena, pero con las luces girando, un coche


                                                                                                          944
   940   941   942   943   944   945   946   947   948   949   950