Page 25 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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¿Era yo la que estaba en la prisión? ¿U otra?



           Recuerda las interminables semanas de preparativos,


           los días de tiempo subjetivo ralentizado embutida en


           un traje‐q, preparándose para cometer un delito con


           el  único  fin  de  que  los  arcontes  la  capturaran  y  la


           encarcelaran:  la  eternidad  en  el  infierno,  su  mente


           envuelta en un antiguo recuerdo. La violenta huida,


           impulsada a través del firmamento por la pellegrini,


           el  despertar  en  un  cuerpo  nuevo,  temblorosa  y


           dolorida.



           Todo por el ladrón.




           Y  ahora  hay  un  cordón  umbilical  cuántico  que  la


           conecta al cuerpo que la pellegrini confeccionó para


           él,  una  consciencia  sorda  y  constante  de  sus


           pensamientos. Es como si estuviera tendida junto a un


           desconocido,  sintiendo  cómo  se  mueve,  cómo  se


           revuelve  en  sus  sueños.  Cabía  esperar  que  la


           todopoderosa Sobornost la obligase a hacer algo que


           garantizaría que se volviera loca.



           Tocó la joya de Sydän. La rabia ayuda, un poquito. Y no,


           no se trata únicamente de él, sino también de ella.



           —El ladrón está a buen recaudo —dice Perhonen. Al


           menos esa voz cálida que resuena dentro de su cabeza


           no le pertenece a nadie más que a ella, algo que la


           prisión  no  ha  podido  corromper.  Coge  uno  de  sus


           diminutos avatares blancos y ahueca la palma de la





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