Page 28 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
P. 28

emitiendo  un  olor  pestilente.  En  fin,  cuéntame:  ¿qué


           opinión te merece mi ladrón?



           —No me corresponde a mí decirlo —es la musitada


           respuesta de Mieli—. Vivo para servir.



           Buena  respuesta,  aunque  algo  aburrida.  ¿No  es


           apuesto?  Venga,  di  la  verdad.  ¿En  serio  puedes


           extrañar a tu amorato perdido con alguien como él


           cerca?




           —¿Lo  necesitamos?  Puedo  encargarme  yo.  Permite


           que te sirva, como te he servido antes…



           La  pellegrini  esboza  una  sonrisa,  perfectos  como


           cerezas sus labios encarnados. Esta vez no. Eres la más


           leal de mis siervos, ya que no el más poderoso. Haz lo que


           te diga, y tu lealtad se verá recompensada.



           Dicho lo cual, desaparece, y Mieli se queda sola en el


           nido del piloto, con una nube de mariposas bailando


           alrededor de su cabeza.



           Mi camarote no es mucho más grande que un trastero.


           Intento ingerir el batido de proteínas que he sacado


           de  una  fabricadora  montada  en  la  pared,  pero  mi


           nuevo cuerpo no se lleva bien con la comida. Tengo


           que pasar un rato en la letrina espacial: un diminuto


           saco  móvil  autónomo  que  sale  de  la  pared  y  se  te


           adhiere al trasero. Está claro que las naves oortianas


           no son el colmo de la opulencia.








                                                                                                              28
   23   24   25   26   27   28   29   30   31   32   33