Page 679 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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el hogar metálico de Kern era tan solo un punto


              en su múltiple complejidad.



              Holsten  pensó  en  aquellas  miles  y  miles  de


              transmisiones del Mundo de Kern, pero no de la

              propia  Kern.  Pensó  en  esos  susurros  llenos  de


              odio  que  decían  a  la  Gilgamesh  que  hiciera  lo


              imposible  y  se  marchase.  Abandonad  toda

              esperanza, todos los que aquí entréis…



              Los  drones  estaban  ahora  aproximándose,  aún


              buscando  el  satélite  de  Kern,  porque  su


              programación no los había preparado para esto.



              —Arañas…  —dijo  Karst  lentamente.  Sus  ojos

              saltaban  de  un  lado  a  otro,  buscando


              desesperadamente  una  inspiración—.  No  es


              posible. —Su voz tenía un atisbo de súplica.



              Holsten  se  quedó  mirando  la  vasta  trampa

              tendida  en  torno  al  planeta,  percibiendo  más


              detalles  cada  segundo,  según  se  acercaban  los


              drones. Vio cosas que se movían sobre ella de un

              lado para otro. Vio largos hilos que se estiraban


              hacia el espacio, como si estuvieran hambrientos


              de  más  presas.  Le  pareció  ver  otros  cables  que

              descendían  hasta  el  propio  planeta.  Sentía


              escalofríos,  y  recordó  su  breve  estancia  en  el


              planeta, y las muertes de los amotinados.



              —No  —dijo  Karst  categóricamente—.  No  —de

              nuevo—.  Es  nuestro  ¡Nuestro!  Lo  necesitamos.


              No me importa lo que sea que esas cabronas le







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