Page 101 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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El capitán emitió una risa tolerante.



           —Sí,  sí.  Pero  esto  no  es  ni  siquiera  una  prueba


           circunstancial, amigo mío. Yo no he visto el brazo


           atrofiado. Sólo he visto un brazo sano y entero. Esto

           no es una prueba. ¿Cómo puede probarme que ayer


           este brazo estaba atrofiado?



           —Mi  palabra  es  una  prueba  suficiente  —dijo


           simplemente el alcalde.



           —¡Pero querido señor! —exclamó el capitán—. No

           esperará usted que me fíe de rumores. Oh, no.



           —Lo siento —dijo el alcalde, mirando al capitán con


           lo que parecía ser curiosidad y lástima.



           —¿No tiene ningún retrato del chico anterior a hoy?


           —preguntó el capitán.


           Pasaron unos instantes y trajeron un gran cuadro al


           óleo en el que se veía al niño con un brazo atrofiado.



           —¡Mi  querido  amigo!  —El  capitán  indicó  con  un


           ademán  que  se  llevaran  el  cuadro—.  Cualquiera


           puede  pintar  un  cuadro.  Las  pinturas  mienten.

           Quiero una fotografía.



           No había fotografías. En ese mundo no se conocía


           el arte fotográfico.



           —Bueno —suspiró el capitán, torciendo la cara—,


           déjeme  hablar  con  algunos  ciudadanos.  Así  no

           vamos  a  ninguna  parte.  —Señaló  a  una  mujer—.


           Usted.  —La  mujer  titubeó—.  Sí,  usted,  venga  —








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