Page 111 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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—No puedo decirle dónde está, exactamente —dijo
el alcalde.
—Le aconsejo que hable. —El capitán extrajo un
arma pequeña.
—No sé qué decirle —dijo el alcalde.
—¡Mentiroso!
Una expresión de piedad cubrió el rostro del
alcalde mientras miraba a Hart.
—Está usted muy cansado —le dijo—. Ha hecho
usted un largo viaje y pertenece a un pueblo
cansado que ha vivido mucho tiempo sin fe. Y
ahora tiene usted tantos deseos de creer, que
tropieza y se confunde. Será más difícil si mata a
alguien. Así no va a encontrarlo.
—¿Dónde ha ido? Él se lo dijo. Usted lo sabe.
Vamos, dígamelo. —El capitán blandió el arma.
El alcalde sacudió la cabeza.
—¡Dígamelo! ¡Dígamelo!
El arma sonó, una, dos veces. El alcalde cayó al
suelo, herido en un brazo. Martin dio un paso
adelante.
—¡Capitán!
El arma apuntó rápidamente a Martin.
—No se meta, Martin.
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