Page 185 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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recipiente para el alma luminosa que Dios nos ha
concedido. Si yo mañana descubriese que los leones
marinos son inteligentes y libres, que saben cuándo
no deben pecar, que comprenden el significado de
la existencia, y que moderan la justicia con la
misericordia y la vida con el amor, yo levantaría
entonces una catedral submarina. Y si los gorriones
fueran dotados, milagrosamente, y por voluntad de
Dios, de un alma inmortal, llenaría una iglesia de
helio y los perseguiría por los aires, pues todas las
almas, cualquiera sea su forma, que gocen de libre
albedrío y tengan conciencia de sus pecados,
arderán en el infierno si no enderezan su vida. No
dejaré por lo tanto que una esfera marciana arda
para siempre en el infierno. Es una esfera sólo ante
mis ojos. Cuando cierro los ojos la veo ante mí como
inteligencia, amor, espíritu… y no puedo no hacerle
caso.
—¡Pero ese globo de vidrio que usted desea instalar
en el altar! —protestó el padre Stone.
—Pensad en los chinos —replicó el padre Peregrine
imperturbable—. ¿Qué clase de Cristo adoran los
cristianos en la China? Un Cristo oriental,
naturalmente. Todos habéis visto escenas de
navidad orientales. ¿Cómo está vestido Cristo? Con
ropas asiáticas. ¿Por dónde anda? Entre casas de
bambú y montañas de niebla, y árboles torcidos.
Las pestañas son más largas; los huesos de las
mejillas, más altos. Cada país, cada raza, añaden
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