Page 186 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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algo suyo a Nuestro Señor. Me acuerdo de la Virgen


           de Guadalupe, a quien reverencia todo México. Su


           piel… ¿Habéis visto el color de su piel? Una piel

           oscura,  igual  a  la  de  sus  devotos.  ¿Es  eso  una


           blasfemia? De ningún modo. No es lógico que los


           hombres acepten a Dios —no importa su realidad—


           de otro color. Me he preguntado muchas veces por


           qué nuestros misioneros tienen éxito en África con

           un  Cristo  blanco  como  la  nieve.  Quizá  porque  el


           blanco es un color sagrado, como el de un albino,


           para las tribus africanas. Denles tiempo. ¿Cristo no

           se  oscurecerá?  La  forma  no  tiene  importancia.  El


           contenido es todo. No podemos esperar que esos


           marcianos  acepten  una  forma  extraña.  Les


           presentaremos a Cristo parecido a ellos.



           —Hay una falla en su razonamiento, padre —dijo

           el  padre  Stone—.  ¿No  nos  creerán  hipócritas,  los


           marcianos?  Pronto  verán  que  no  adoramos  a  un


           Cristo redondo y globular, sino a un hombre con


           cabeza  y  miembros.  ¿Cómo  justificaremos  la

           diferencia?



           —Mostrándoles que no hay ninguna. Cristo ocupa


           cualquier recipiente. Cuerpos o globos, allí está él.


           Todos adoran lo mismo, bajo formas distintas. Más


           aún,  tenemos  que  creer  en  este  globo  de  fuego.

           Tenemos que creer en una forma que no tiene, para


           nosotros,  ningún  significado.  Este  esferoide  será


           Cristo.  Y  tenemos  que  recordar  que  también

           nosotros, como la forma de nuestro Cristo terrestre,





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