Page 333 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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como paredes palaciegas. Subí por una pendiente
muy inclinada y comencé a golpear la nieve con
la cola hasta que provoqué una avalancha.
Millones de toneladas de hielo y nieve cayeron
sobre el flujo de lava, lanzando tremendos
chorros de vapor. Durante tres días y tres noches
no pude ver las garras frente a mi cara debido al
vapor, pero al tercer día finalmente se aclaró, y vi
un puente de lava endurecida que llevaba
directamente hasta la piedra negra. Correteé por
él (en la medida en que un dinosaurio puede
corretear), cogí la pluma dorada, volví y
permanecí sobre la nieve un rato enfriándome los
pies. Luego fui al Rey de las Aves, que estaba, por
supuesto, sorprendido.
Luego me encontré al cuidado de los
mamíferos, que eran casi todos musarañas. Me
llevaron al pie de una montaña, hasta la boca de
una cueva.
—Tu tarea —dijo el Rey de las Musarañas—, es
esperar aquí a Dojo y derrotarle en un único
combate. —Luego todas las musarañas se fueron
y me dejaron allí solo.
Esperé frente a la cueva durante tres días y fres
noches, lo que me dejó mucho tiempo para
registrar el lugar. Al principio me sentía un poco
presuntuoso ante el desafío, porque parecía el más
fácil de los tres; aunque no sabía quién o qué era
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