Page 330 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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Finalmente, el Rey de los Musarañas, que parecía
el portavoz de los monarcas, volvió a adelantarse.
—No podemos llegar a un acuerdo sobre cuál de
vosotros debería ser Rey de los Reptiles, así que
cada una de nuestras naciones, Aves, Mamíferos y
Hormigas os someterá a uno prueba a cada uno, y
luego nos reuniremos de nuevo para votar. Si el
resultado de la votación es un empate, nos co‐
meremos a los cuatro y acabaremos con el Reino de
los Reptiles.
Lo echamos a suerte y a mí me tocó ir con las
hormigas para la primera prueba. Seguí a la Reino
hasta el centro de su ejército, moviéndome con
cuidado hasta que la Reina dijo:
—¡Muévete con energía, pulmonado! ¡El tiempo
es comida! No te preocupes por las hormigas bajo
tus patas, no es posible que mates más de cero. —
Así que desde ese momento, caminé con
normalidad, aunque las patas se me volvieron
resbaladizas con tanta hormiga aplastada.
Viajamos hacia el sur durante un día o dos y nos
detuvimos en la orilla de un arroyo.
—Al sur está el territorio del Rey de los
Cucarachas. Tu primera tarea es traerme la cabeza
del Rey.
Mirando a través del río, pude ver que todo el
campo estaba lleno de un número infinito de
cucarachas, más de las que podría aplastar nunca;
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