Page 417 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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—Probaré un poco —dijo—, pero si la comido


              no es perfecto, o si no me gusta cómo me lo servís,


              ¡clavaré vuestras cabezas en una pica a la entrada


              del  castillo,  así  de  fácil!  —y  chasqueó  los  dedos


              frente a la caro de Harv.


                 Harv  parecía  enfadado  y  a  punto  estuvo  de


              soltarle algo horrible, pero la Princesa Nell recordó


              las palabras de Púrpura, que había dicho que los


              caminos ocultos eran los mejores, y dijo con voz


              dulce:


                 —Por un servicio imperfecto no mereceremos


                 nada mejor.


                  El  barón  Jack  comenzó  a  sentarse,  y  ero  rol  lo


              excelencia de la cocina de Oca que uno vez que


              comenzó apenas pudo detenerse. Envió o Harv y


              Nell  de  vuelta  a  la  cocina  una  y  otra  vez  para


              traerle  más  comida,  y  aunque  constantemente


              encontraba problemas con ella y se levantaba de la


              silla  para  pegarles,  aparentemente  decidió  que


              valían más vivos que muertos.



                 —Algún  día  también  les  quemará  la  piel  con


              cigarrillos —murmuró Nell.







                  Las letras cambiaron en la página del Manual.





                 —El pipí de la Princesa Nell se puso rojo —dijo


              Nell—, porque el barón era un hombre muy malo.



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