Page 22 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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piedra. Inmensamente sólida. Diseñada para resis‐

               tir cualquier peso de hielo. ¿O quizá puede reple‐

               garse en el subsuelo, o cerrarse como una flor? Ese


               aro de arriba podría ser algún tipo de antena, y es‐

               to  otro,  la  varita  del  adivino,  también  parece  una

               antena —rió.


                      ——Copemicus no se habría encaminado a este

               mundo  si  sus  días  y  sus  noches  durasen  años  —

               dijo Tarda con acritud.


                      —¿Tal vez no pudieron elegir dada la degrada‐

               ción de los sistemas de a bordo?


                      —¿Una  antena?  —meneó  la  cabeza  Paavo—.

               ¿Para qué frecuencia de emisión? No hay nada en

               las ondas.


                      —A  lo  mejor  es  una  especie  de  generador  de

               ondas psicotrónicas —apuntó Denise—. A lo mejor


               capta y retransmite las energías naturales, como la

               energía  biológica,  que  se  expresan  luego  en  esta

               plétora de formas de vida. Hace mucho tiempo, an‐


               tes de que esparciéramos tanta merde a nuestro al‐

               rededor,  en  la  Tierra  se  hicieron  experimentos  de

               este tipo. Sí, a lo mejor es así como logran esas ba‐


               yas y esos frutos tan gigantescos. Si lo han inven‐

               tado  ellos...,  ¡ah!,  valía  la  pena  recorrer  cualquier

               distancia. No hay rastros de agricultura ni de técni‐


               ca de cultivo alguna, porque lo hacen todo a nivel

               psicotrónico, en contacto directo con la naturaleza.

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