Page 222 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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réis  hombres  ni  dioses,  pero  sí  otra  cosa  mucho

               más grande; una criatura nueva —le guiñó el ojo a

               Denise—. Os convertiréis en la criatura que noso‐


               tros hubiéramos podido crear, sólo que no lo hici‐

               mos porque temíamos que os independizarais. Por

               eso no completamos la creación, y por eso sois lo


               que  sois  ahora,  seres  medio  vivos  nada  más,  que

               pinchan  y  hurgan  en  nosotros  buscando  el  alma.

               ¡Ahora  tenéis  la  oportunidad,  mediante  la  reinte‐


               gración!  —terminó,  con  otro  guiño  dirigido  hacia

               Sean.


                      De repente, éste tuvo una idea.

                      —Oye, máquina, ¿tú tenías acceso a los bancos

               de datos de la Copernicus?


                      —Hemos superado esa fase.

                      —Pero, ¿puedes recordar todavía?


                      —Teníamos  diferentes  grados  de  acceso  a  las

               memorias.  Éstas  fueron  copiadas  y  compartidas

               por cada una de nosotras, pero no en su totalidad.


               Aunque eso carece de importancia en comparación

               con lo que somos  ahora, y con lo que nos propo‐

               nemos llegar a ser; seres vivos plenamente desarro‐


               llados.

                      —Y tú misma, ¿recuerdas algo de los registros

               de la Copernicus?


                      —Ciertamente.  Esa  fue  la  base  de  nuestro  co‐

               nocimiento  de  la  vida  humana.  Pero  no  tiene  ni

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