Page 260 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 260
Soñé..., un sueño vivido. Ah, sí: de una astro‐
nave que se llamaba Schiaparelli; del aterrizaje en
un planeta que es una pintura abundante en la
imaginería psíquica más profunda, convertida en el
medio ambiente natural de aquél. Yo viajaba por el
hemisferio diurno con mis amigos, hasta que se
apoderó de mí una muerte que no era la muerte. Y
desperté en el Infierno. El Diablo me devoró. Pue‐
do hacer que todo esto sea mi historia, y llamarme
otra vez Sean Athlone..., o puedo convertirlo, sim‐
plemente, en un grupo de frases de un idioma que
expresan lo que no soy todavía. Y ahora, ¿qué pude
decirle yo al Diablo para convencerle tan rudamen‐
te de que me dejara pasar a través de su sistema?
¡Ah, sí! Le propuse una paradoja: que él me adora‐
ba a mí. Logré alcanzar 1a intuición de la paradoja
y hablar con el lenguaje de la psiquis, mientras que
hasta entonces no pasaba de hablar acerca de ella.
Ahora ella habla a través de mí, y de todos los que
viven y mueren y retornan aquí a la vida.
Una sombra se interpuso entre Sean y el sol.
Un hombre barbudo, vestido de rosa, de unos
treinta años (aunque no se sabía bajo qué sistema
de cómputo), le estaba observando. Precipitada‐
mente, Sean se incorporó.
Aquella barba pelirroja debía de ser un postizo,
porque la cara era la de...
260

