Page 329 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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cuerpo empezaba a restablecer el espacio a su alre‐
dedor: longitud, anchura, altura. Un simple tirón
bastaría para volverse del revés a sí mismo y para
caer de nuevo en la realidad, como una pelota de
tenis que hubiese rodado por espacios más altos.
La realidad proyectada. A donar la horda mental a
través de su lente.
Entonces tiró de sí mismo.
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