Page 65 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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lló en posición defecatoria, de puntillas, y se rascó
la cabeza varias veces.
Austin se encogió de hombros y también optó
por sentarse en el suelo, pero muy rígido y con los
brazos cruzados. Sean y el resto de la tripulación se
tumbaron, procurando acomodar el cuerpo a los
huecos y salientes de aquel gran colchón de mue‐
lles que era el prado.
La fiesta u orgía empezó con bastante decoro,
mediante una degustación de frutos y más frutos.
Durante el breve momento de sobriedad inicial,
Muthoni observó que por lógica, los colonos de‐
bían de ser forzosamente vegetarianos, si era cierto
lo que había dicho Jerónimo sobre la evolución de
los peces y demás animales. ¡Difícilmente se habría
podido freír una trucha para desayunar, o asar una
pierna de venado para la cena! En realidad, el Jar‐
dín parecía ignorar el fuego.
Pero, ¿una dieta exclusiva de frutos? La espe‐
cialista en dietética no acababa de entenderlo. Jeró‐
nimo se limitó sonreír, lamió un racimo de uvas, de
aspecto aterciopelado por el polvo, hasta dejarlas
brillantes, y se lo ofreció a ella.
Y mientras iban probando un fruto tras otro, se
dieron cuenta de que cada uno tenía un sabor ori‐
ginalísimo y distinto (y, por eso mismo, satisfacto‐
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