Page 60 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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sar los próximos cincuenta años jugando a las car‐

               tas dentro de una carcasa muerta? ¿O vivir el pa‐

               pel..., hasta que sepamos quién lo escribió para no‐


               sotros y por qué?

                      Muthoni había empezado ya a abrir el traje con

               una de sus afiladas uñas.


                      —Muy bien —se estremeció Austin—. Los que

               prefieran..., este... tomar un baño, que se desvistan.

               De lo contrario...


                      Tragó saliva; instintivamente alisaba su propio

               traje con ambas manos, como si quisiera verificar la


               integridad del mismo, o como si esa acción, en vir‐

               tud de algún tipo de servocontrol, pudiera neutra‐

               lizar la de Muthoni.


                      Pero  ésta  ya  tenía el  traje  enrollado  alrededor

               de los tobillos y, con dos puntapiés, se libró de él


               así como de las botas.

                      —Si  este  planeta  se  ha  dedicado  al  nudismo,

               Austin, seguramente será de muy mala educación


               andar por ahí vestido.

                      —Esto es una catástrofe —afirmó Tania—. Es...,

               un motín. ¡Impóngase, capitán!


                      Cruzó los brazos sobre los pechos como si fue‐

               se ella quien los tenía desnudos y no Muthoni, al

               mismo tiempo, apretaba las piernas enfundadas en


               sus pantalones; parecía una virgen tímida recibien‐




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