Page 265 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
P. 265
D Dm mi it tr ry y G Gl lu uk kh ho ov vs sk ky y S Su um me er rk ki i ( (C Cr re ep pú ús sc cu ul lo o) )
reanudar su camino.
Casi nadie se bajó. Ir a pie por el puente helado
hasta la parada siguiente habría llevado como mínimo
el mismo tiempo que el conductor juzgaba necesario
para reparar la avería. Al final, la reparación tardó más
de media hora, pero la mayoría de los viajeros se
quedaron en sus asientos. Porque, al cabo de quince
minutos, lo que más temían los pasajeros era que el
trolebús reanudase su marcha inmediatamente después
de que ellos bajaran a tierra.
Soplé varias veces sobre la ventana empañada.
Apenas si alcanzaba a ver nada por el círculo de cristal
que brevemente recobraba la transparencia: un trozo de
casa y un monumento que habían erigido hacía poco
tiempo en honor de los héroes de la Gran Guerra
Patriótica contra los alemanes. Con ocasión del jubileo
de la Victoria —aunque el propio Jubileo no hubiera
salido del todo bien—, se había ordenado aquel año la
construcción de un gran número de monumentos
nuevos por todo el país, incluida una estatua de
proporciones descomunales y dudoso valor artístico.
Por toda la ciudad había carteles que anunciaban
conciertos de canciones de aquellos tiempos, en los
cines se proyectaban retrospectivas de películas en
blanco y negro sobre el movimiento de los partisanos y
la toma del Reichstag, galerías de moda organizaban
Página 265

