Page 167 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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innecesariamente por el momento. Hawkes era rico;
podía financiar la construcción de una nave movida
por la hiperpropulsión. Alan pensaba en esto con
serenidad, y se sorprendía y hasta se regocijaba
cuando se daba cuenta de lo ingenuamente que
estaba obrando desde que dejó de ser tripulante de
la Valhalla.
Primero empleó esta ingenuidad en las mesas de
juego. En los primeros diez días de ejercer la pro‐
fesión perdió —los perdió Hawkes, que se los dio—
setecientos créditos, pese a haber ganado una juga‐
da de trescientos una noche.
Hawkes se quedó tan tranquilo.
—Aprenderás el oficio con el tiempo, Alan. Den‐
tro de unas cuantas semanas más sabrás hacer las
combinaciones, mover los dedos con agilidad y des‐
treza, pensar con rapidez.
Alan estaba abatido. Aquella noche había per‐
dido trescientos créditos. Le parecía que sus torpes
dedos jamás sabrían hacer las combinaciones con
bastante rapidez. Él, como Steve, había nacido para
perder. Nunca llegaría a adquirir la destreza que
exigía el oficio de tahúr.
—Me alegro de verle tan optimista, Hawkes. Si
no le importa perder dinero…
—Algún día ganarás el doble para mí. He hecho
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