Page 168 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
P. 168
una apuesta de cinco contra uno a que antes del
otoño serás jugador de la categoría B.
Alan lo dudaba. Para ser jugador de la categoría
B había que ganar por término medio doscientos
créditos cada noche durante diez días seguidos, o
tres mil en un mes. Y eso parecía cosa imposible.
Pero, como de costumbre, Hawkes ganó la apuesta.
En los meses de mayo y junio mejoró la suerte de
Alan. A principios de julio ganó algunas jugadas
fuertes, y se oyeron rumores de protesta cada vez
que fue a la banca a cobrar. Aquella noche volvió a
casa con seiscientos créditos de ganancia. Hawkes
abrió un cajón y sacó de él una esbelta pistola que
disparaba neutrinos.
—Será mejor que lleves esto encima de aquí en
adelante, Alan.
—¿Para qué?
—Para defenderte. Empiezan a fijarse en lo que
haces. Se habla mucho de ti. Saben que cada noche
vuelves a casa con dinero en el bolsillo.
Alan examinó la pistola. Era un arma que
lanzaba por la boca mortíferas corrientes de neutri‐
nos activos, de un modo invisible y sin formar ma‐
sa, de efectos fatales.
—¿He de hacer uso de ella? —preguntó el mu‐
chacho.
167

