Page 79 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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Le  habían  llamado  cochino  astronauta.  Los  te‐

              rrestres  tenían  un  odio  ciego,  irrazonable,  a  los

              desdichados que navegaban por el espacio. Les en‐


              vidiaban algo que no les envidiarían si conocieran

              les penas y sinsabores que costaba lograrlo.

                   El muchacho se sintió de pronto muy cansado.


                   No  estaba  acostumbrado  a  caminar  y  llevaba

              más de una hora andando. La Valhalla era una nave


              muy grande, pero se podía ir de un extremo a otro

              de  ella  en  menos  de  una  hora,  y  muy  rara  vez

              estaba uno de pie, bajo los efectos de la plena gra‐


              vedad, hasta una hora. La gravedad de trabajo era

              de 0,93 comparada con la de la Tierra, y aquel 7 por


              ciento de diferencia era importante.

                   Tenía  que  encontrar  a  alguien  que  le  pusiera

              sobre la pista de Steve. Iba pensando Alan en que


              alguno de los hombres que había visto en la ciudad

              podía ser su hermano, un Steve envejecido que no

              se  parecía  gran  cosa  al  Steve  que  había  convivido


              con él en la nave.

                   Al doblar la esquina vio un parque, un pedacito

              de  terreno  cubierto  de  verdura  con  dos  o  tres  ár‐


              boles  achaparrados  y  un  banco,  pero  que  era  un

              verdadero parque; rodeado por los gigantescos ras‐


              cacielos, casi parecía abandonado.

                   En el banco estaba sentado un hombre — la pri‐



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