Page 437 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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Se incorporó. Siempre dormía más de la cuenta
aquellos días. No sabía cómo una persona era capaz
de dormir tanto y seguir tan cansada.
Se ató la ropa alrededor del cuerpo. Pedazos de tela
que colgaban de la cintura. Se miró en el espejo, pero
no mucho tiempo. Sabía lo que vería. Costillas.
Huesos. Ojos hundidos. Estar en aquel cuerpo la
asustaba, pero era el único que tenía, y si le daba
miedo, bueno, pues no lo miraría. Estar asustada solo
serviría para malgastar un tiempo que no tenía.
—La última vez —dijo Lechuza, siguiéndola por el
pasillo—. Puedes hacerlo.
Jane abrió el estasis. Los estantes repletos de carne y
setas, almacenadas y contadas, divididas en partes
iguales. Había suficiente para que dos personas
comieran dos filetes y un cuenco de setas al día
durante treinta y siete días, y un pequeño extra para
ir y volver de la fábrica de combustible. Tendría que
pasar dos días sin comer, uno a la ida y otro a la
vuelta. Laurian también tendría que saltarse un día.
Esperaba que pudiera aguantar. Tenía que aguantar.
Miró la comida, toda esa comida que no podía comer.
La odiaba. Odiaba el trabajo que le había costado
recolectarla y prepararla. Odiaba el olor de la carne,
la textura de los hongos. Odiaba los trozos de perro
que la miraban acusadores. Odiaba lo cerca que la
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