Page 448 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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esas cosas. Pero ¿se enfadaría al saber que Sidra lo
había hecho por su cuenta sin preguntar? ¿Al saber
que le había pedido ayuda a Tak? No estaba segura,
y aquel era un estado mental que siempre le
disgustaba.
Devolvió algunas sonrisas y saludos mientras se
dirigía al Balde Oxidado. Era agradable que la
reconocieran. A partir de ahora podría tener
conversaciones de verdad con otras personas de la
zona. Basta de respuestas imprecisas, no más
verdades técnicas, no más miedo a las preguntas
directas. Podía inventar cosas. Podía decir que sí
cuando quería decir que no. Podía conocer gente sin
poner a sus amigos o a ella misma en peligro. Podía
hacer más amigos. Aquello era bueno. Todo lo
relacionado con aquello era bueno.
Se detuvo al ver la parte delantera vacía. No había
escudo alrededor de la tienda, no había un cartel en
el escaparate que dijera: «Estoy en la parte de atrás,
pega un grito y vengo». Qué raro. Pepper no solía
dejar el mostrador desatendido sin poner algún
aviso.
—¿Pepper? —dijo al acercarse. No hubo respuesta.
Pasó el parche por la puerta delantera y la cruzó. Tak
la siguió a una distancia respetuosa.
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