Page 454 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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rápido que los perros y las Madres. Una voz que la


           condujo a casa.



           —No lo habría logrado de no ser por ti —dijo Jane,


           apretando la mano con más fuerza.



           Lechuza se quedó en silencio un rato.



           —Yo tampoco.



           Era la hora. Es más, ya había pasado. Jane volvió a la


           esclusa.  Se  abrió  la  escotilla  y,  de  nuevo,  ante  ella


           apareció Laurian; estaba sentado con tranquilidad en


           el  sofá,  con  los  ojos  algo  hinchados.  Había  una


           pregunta en su expresión. Jane supuso cuál.




           —Salimos en una hora —dijo—. Tenía que… hum…


           —El pensamiento murió en el tránsito del cerebro a


           la boca.



           —Poner  a  punto  los  inyectores  de  combustible  —


           intervino Lechuza.



           —Eso —dijo Jane. Cerró los ojos y sacudió levemente


           la  cabeza,  intentando  aclararse.  Tan  solo  estaba


           cansada.



           —¿Q‐qué…?  —Laurian  se  humedeció  los  labios,  y


           forzó  las  palabras—.  ¿Qué…  qué  p‐puedo…?  —Se


           tocó el pecho con los dedos y luego señaló alrededor.



           —Nada en realidad —dijo Jane.



           La expresión de Laurian se apagó un poco.





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