Page 491 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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—Buenas tardes —dijo en klip. Unas cuantas cabezas
se giraron hacia ella—. Estamos buscando pasaje
para salir de la estación. Si alguien necesita a una
técnica con experiencia estaré encantada de trabajar
a cambio de un viaje a cualquier lugar.
Unas cuantas risas, muchas miradas se desviaron. Se
imaginó cómo la habrían visto. Una niña
delgaducha, calva y enfermiza y su silencioso y
peludo amiguito. Sí, ella tampoco iría a hablar con
alguien así.
Alguien de la multitud se acercó a ellos; una
harmagiana (era una «ella», ¿no?) se dirigía hacia
ellos sobre su carrito. Jane estudió deprisa el cuerpo
con tentáculos que se aproximaba. Sí, sí, era una
harmagiana. «Gracias, Lechuza».
—¿Cómo de experta eres? —preguntó la
harmagiana, extendiendo hacia delante los
apéndices oculares.
—No he hecho otra cosa toda mi vida —dijo Jane—.
Puedo arreglar cualquier cosa.
La harmagiana enrolló los dáctiles frontales,
perforados con reluciente joyería.
—¿Y tú? —preguntó, dirigiéndose a Laurian.
Él tragó saliva con fuerza. Jane se interpuso.
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