Page 225 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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reprimió  una  exclamación  de  dolor  cuando  cayó


            sobre  el  tobillo  derecho.  Cogió  la  bolsa  de  los


            bocadillos y metió los dos termos en ella. Tiró la caja


            de galletas a medio terminar encima del frigorífico.


                   Inspeccionó rápidamente la zona. ¡El periódico!


            Corrió hacia él y lo cogió, justo cuando la muchacha


            empezaba a probar las llaves en la cerradura. Puso



            el  periódico  doblado  en  la  repisa  de  la  mesa  de


            mimbre, agarró su libro y la bolsa y echó a correr


            hacia  el  oscuro  rincón  donde  se  encontraban  el


            depósito y la bomba de agua. Ya había decidido con


            anterioridad  que,  si  Catherine  bajaba  alguna  otra


            vez, allí era donde se escondería.


                   Salvó el escalón de un salto, y se encontró en el


            húmedo  suelo  de  cemento.  En  la  puerta,  la


            cerradura cedió y se oyó un chirrido. Él se introdujo



            apresuradamente entre el laberinto de cañerías, y se


            deslizó detrás del depósito de altas y frías paredes.


            Dejó el libro y la bolsa en el suelo, y siguió jadeando


            mientras la puerta se abría y Catherine entraba en


            el sótano.


                   —¡Cerrar el sótano con llave! —la oyó comentar,


            con despreciativo acento—. ¡Como si creyeran que



            iba a robarles algo!


                   Él frunció los labios y apretó los dientes en un


            silencioso gruñido. «¡Estúpida curiosa!», pensó.


                   —Mmm —dijo Catherine.






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