Page 264 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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Ella le miró sin parecer comprender.
—¿Sola? —preguntó.
—Me refiero a su… su nombre; el de la puerta
—dijo él, sin darse cuenta siquiera de que la había
asustado.
El rostro de la mujer se relajó y volvió a adoptar
sus dulces líneas naturales. Sonrió con tristeza.
—Oh —dijo—, así es como me llaman. —Se
encogió de hombros—. Me llaman así —dijo.
—Oh —asintió él—, ya lo comprendo.
Seguía intentando tragar el nudo que sentía en
la garganta. Estaba aturdido. Las yemas de los
dedos le picaban como si se le hubieran helado, y
volvieran ahora a su estado normal.
—Ya lo comprendo —repitió.
Siguieron observándose mutuamente como si
no pudiesen creer que fuera cierto.
—Supongo que habrá leído algo acerca de mí —
dijo él.
—Sí, desde luego —repuso ella—. Siento que…
Él meneó la cabeza.
—No tiene importancia —un escalofrío
descendió por su espalda—. Me alegro tanto de…
—se interrumpió, sin dejar de contemplar los
dulces ojos de la mujer—. Clarice —murmuró—,
me alegro tanto de… —se retorció las manos como
si quisiera reprimir el deseo de alargarlas y
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