Page 72 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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carne, acerca de su valor esencial, acerca de la
inconmensurable talla de su alma. Eran tonterías.
¿Acaso habían tratado alguna vez de abrazar a
una mujer con unos brazos que no podían rodear
su cuerpo? ¿Acaso le habían dicho alguna vez a otro
hombre que eran tan buenos como él… en todos los
aspectos?
Lou entró en el dormitorio, y en la oscuridad él
oyó el crujido de la bata cuando se la quitó para
dejarla a los pies de la cama. Después el colchón
cedió por un lado cuando ella se sentó. Vio que
subía las piernas y oyó que dejaba caer la cabeza en
la almohada. Él permaneció inmóvil, como si
esperase algo.
Al cabo de un momento se oyó un murmullo de
seda, y él sintió que la mano de ella rozaba su
pecho.
—¿Qué es esto? —oyó que le preguntaba.
No contestó. Ella se incorporó sobre el codo.
—Scott, es tu anillo —dijo. Sintió que la cadena
se deslizaba ligeramente hacia atrás cuando tocó el
anillo—. ¿Cuánto tiempo hace que lo llevas allí? —
preguntó.
—Desde que me lo quité —repuso él.
Hubo un momento de silencio. Después la voz
de ella, en la que palpitaba el amor, le hizo
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