Page 82 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
P. 82

por toda la ciudad.


                   Scott  rehusó  la  oferta,  a  pesar  de  que


            necesitaban  desesperadamente  el  dinero.  Aunque


            el  Centro  Médico  había  completado  las  pruebas


            gratis,  seguía  teniendo  que  pagar  una  abultada


            factura  por  los  primeros  exámenes.  Debía


            quinientos dólares a Marty, y muchas otras facturas



            se habían acumulado a lo largo del interminable y


            duro  invierno:  el  guardarropa  completo  de


            invierno para todos ellos, el coste del petróleo y las


            demás  facturas  del  médico,  porque  ninguno  de


            ellos estaba físicamente preparado para afrontar un


            invierno del Éste tras haber vivido tanto tiempo en


            Los Angeles.


                   Pero Scott se encontraba entonces en lo que él


            llamaba ahora su período de furia, una época en la



            que  experimentaba  una  interminable  y  creciente


            cólera por la situación en que se hallaba. Rehusó


            airadamente la oferta del periódico. «No, gracias,


            pero  no  quiero  estar  expuesto  a  la  morbosa


            curiosidad del público». Se enfadó con Lou cuando


            ésta no apoyó su decisión con toda la rapidez que


            él hubiese querido, y le dijo:



                   ―¿Qué quieres que haga? ¿Convertirme en un


            monstruo circense para proporcionarte una mínima


            seguridad?


                   Una  cólera  equivocada  y  mal  dirigida;  se  dio






                                                                                                            82
   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87