Page 87 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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americana y se la puso.
Fue hasta el espejo y se miró.
Eso fue todo lo que hizo al principio, mirarse.
Las manos, perdidas en los enormes huecos de las
mangas oscuras; el dobladillo de la americana, por
debajo de las pantorrillas; la forma en que la
chaqueta le sentaba, igual que una tienda de
campaña. No le impresionó en seguida; la
disparidad era demasiado grande.
Después sí que le impresionó, como por vez
primera.
Era su propia americana la que llevaba puesta
en aquellos momentos.
Una risita nerviosa se escapó de su garganta,
para truncarse casi inmediatamente. Reinó el más
absoluto silencio mientras miraba su imagen
boquiabierto. Se rio disimuladamente, como si
fuera un niño jugando a disfrazarse de adulto. Su
pecho empezó a estremecerse a causa de los
sofocados accesos de risa. Parecían sollozos.
No pudo reprimirlas. Subieron por su garganta
y se escaparon entre sus labios temblorosos. Se vio
riendo a carcajadas ante el espejo. Su cuerpo se
estremecía con ellas. La habitación empezó a
retumbar a causa de su risa tensa y penetrante.
Volvió a mirarse en el espejo, mientras las
lágrimas resbalaban por sus mejillas. Hizo un
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