Page 927 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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casa de madera. Ningún remo impulsaba la nave. En un
poste con un travesaño se hinchaba un trapo tan ancho
como la viga que lo sostenía. Se movía en silencio, una
onda al frente y una estela detrás.
—Seguro que Niaerdh los ama —dijo Edh.
—Ahora puedo comprender por qué dominan medio
mundo —dijo Heidhin estremeciéndose—. ¿Quién
podría oponerse a ellos?
La nave cambió de rumbo, acercándose a la isla. El
joven y la doncella vieron cómo los marineros los
miraban. Un saludo llegó débilmente a sus oídos.
—Vaya, creo que nos miran a nosotros —dijo Edh
entrecortadamente—. ¿Qué querrán?
—Quizá… quieran que me una a ellos —dijo
Heidhin—. He oído de los viajeros de las partes orientales
que los romanos aceptan a los miembros de las tribus en
sus ejércitos. Si les faltan hombres por enfermedad o algo
así.
Edh lo miró dolida.
—¿Te irías con ellos?
—¡No, nunca! —Ella cerró los dedos con fuerza
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