Page 924 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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relucían en el mar.
Llegó la época de] mercado en Kaupavik. Los
alvaringos reunieron sus mercancías y se prepararon. La
noticia fue de casa en casa: ese año había llegado una nave
desde más allá de anglos y cimbrios, de la tierra de los
mismísimos romanos.
Nadie sabía mucho de Romaburh. Se encontraba en
algún remoto lugar del sur. Pero sus guerreros eran como
langostas, que habían comido tierra tras tierra, y cosas
preciosas venían de esas regiones: recipientes de vidrio y
plata, discos de metal con rostros, diminutas figuras que
parecían increíblemente vivas. El tráfico debía de estar
reforzándose, porque cada vez llegaban más de esas cosas
hasta Eyn. ¡Ahora, por fin, los comerciantes romanos
habían llegado al país de los getas! Los que se quedaron
en Laikian miraron con envidia a los que se fueron.
Como tenían poco trabajo que hacer, se consolaron
con la inactividad. Ningún signo de maldad marcaba el
día una semana después, cuando Edh y Heidbin se
dirigieron al oeste, hacia la orilla.
El brezal era alto. No se veía una alma cuando
hubieron dejado atrás la aldea en el terreno llano y sin
árboles, así que la mayor parte del mundo era cielo. Las
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