Page 195 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 195
todos los demás: Jorgenson, Flanders y Haller, Giller y
Christenson, Peterson y Grandy y Martino y tantos otros
e incluso Dale Nunes; sí, incluso el comisario político del
Tom Mix. ¿Sabría Nunes la verdad? Si Nunes la conoce,
se dijo Nicholas, juro y afirmo que le mataré... le mataré
con mis propias manos; y nada ni nadie me detendrá.
Pero esto era imposible, porque el comisario Nunes
estaba encerrado allí con todos ellos. Aunque... no
durante todo aquel tiempo. Sólo desde...
Sí, Nunes lo sabía. Hacía sólo unos años que había
bajado al tanque, enviado por el «Gobierno de Estes
Park», o sea, por Yancy.
‐Escuche, señor James ‐le dijo uno de los barbudos‐.
Quiero hacerle una pregunta: si usted no sabía la verdad,
entonces, ¿por qué subió? Quiero decir que usted
esperaba encontrar la guerra, y por la televisión les
decían, lo recuerdo perfectamente, que morirían tan
pronto como fuesen descubiertos...
‐De hecho, es lo que estuvo a punto de ocurrirle ‐
comentó Blair.
A causa del mal de la bolsa y la peste del encogimiento,
enfermedades inexistentes. Esa fue otra de las patrañas
que inventó esa gente, esas dos epidemias causadas por
bacterias.
Aunque aquel terrible gas neural que inventaron, mejor
dicho, lo inventó la New Jersey Chemical Corporation o
como demonios se llamase, ese sí que existió en realidad,
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