Page 192 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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uno por la tele durante años ‐haciendo una pausa y
deteniéndose para volverse, añadió con vehemencia‐:
intelectualmente es fácil de entender, pero
emocionalmente no podrás asimilarlo así de pronto; es
demasiado gordo. Yancy no existe ni existió jamás...
jamás, amigo Saint Nicholas...
‐No ‐le corrigió Nicholas‐. Nicholas Saint‐James.
‐Te repito que Yancy no ha existido nunca. Hubo una
guerra, eso sí, por lo menos al principio; basta con que
mires a tu alrededor ‐e indicó en amplio ademán los
kilómetros de ruinas que los rodeaban, y que había sido
la antigua ciudad de Cheyenne‐. Pero Yancy fue creado
por Stanton Brose, basándose en una idea de un
productor cinematográfico de la Alemania del Oeste que
vivió el siglo pasado. Probablemente habrás oído hablar
de él, aunque murió antes de que tú nacieras, pero han
pasado muchas veces su Documental, Victoria en el Oeste,
un serial televisivo de veinticinco capítulos sobre la
Segunda Guerra Mundial. Recuerdo haberlo visto de
niño.
‐Gottlieb Fischer ‐musitó Nicholas‐. Naturalmente.
Había visto aquel gran clásico no sólo una, sino varias
veces. Se le consideraba tan genial como El Angel Azul,
Calma en el Frente Occidental y El Hombre Aturdido.
‐¿Y Gottlieb Fischer fue el creador de Yancy? ‐añadió;
mientras seguía a los cuatro hombres, inquieto y
preocupado, pero sobre todo perplejo‐. Pero, ¿por qué?
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