Page 35 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 35
todos. Es decir, a todos los que producimos material de
guerra.
‐Sí ‐dijo la señorita Prout con su vocecita frágil y
obediente‐. Hemos fallado al no proporcionar...
Y se interrumpió; no sabía exactamente lo que no habían
podido proporcionar. Hubo en la sala un silencio tenso y
angustioso.
Nicholas decidió intervenir:
‐Amigos, nosotros producimos el arma básica para la
continuación de la guerra; los robots pueden actuar en
una superficie radiactiva y en medio de múltiples cultivos
de bacterias y del gas neural, que destruye la
clinesterasa...
‐La colinesterasa ‐le corrigió Nunes.
‐...pues gracias a los robots nosotros conservamos
nuestras vidas. Debemos nuestra vida, en realidad, a la
obra que sale de nuestros talleres. En el fondo, eso es lo
que el comisario Nunes quería decir. Es de importancia
vital que todos comprendamos por qué debemos...
‐Déjame seguir a mí ‐le interrumpió Nunes por lo bajo.
‐No, Dale ‐repuso Nicholas‐. Hablaré yo.
‐Acabas de hacer la primera afirmación antipatriótica.
El gas neural destructor de la colinesterasa es un invento
norteamericano. Si quiero, puedo ordenarte que tomes
asiento.
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