Page 274 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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Corbin  saltó  a  cubierto  tras  una  caja  y  se  cubrió  la


          cabeza.



          —Están  anulando  los  controles  de  las  puertas  —

          anunció Lovey—. Ashby, yo…



          —No  pasa  nada,  Lovey  —contestó—.  Nos


          ocuparemos  de  ello.  —No  tenía  ni  idea  de  lo  que


          aquello implicaría.


          —Ay,  joder  —dijo  Kizzy  tirándose  del  pelo—.  Ay,


          joder, joder, joder.



          —Mantened la calma —intervino Doctor Chef. Rodeó


          a  Kizzy  por  los  hombros  con  el  brazo—.  Todos,

          mantened la calma.



          Ashby dio unos pasos hacia las puertas del muelle,


          perplejo. Esto no era real. No podía serlo. Un chirrido


          al otro lado le contradijo. Las puertas se abrieron con

          un estruendo metálico. Sissix se puso junto a él, con


          los hombros hacia atrás, las plumas de punta.



          —No sé qué hacer —dijo.



          —Yo tampoco —contestó Ashby. «¡Piensa, joder!» Su


          cerebro  daba  vueltas  alrededor  de  un  revoltijo  de

          opciones  (encontrar  un  arma,  huir,  esconderse,


          golpearles con… con algo) pero no quedaba tiempo.


          Cuatro  sapientes  en  descomunales  trajes‐mecha

          atravesaron  las  puertas  del  muelle;  todos  llevaban


          rifles de pulsos. Los trajes eran enormes, más grandes


          que un humano, pero las criaturas en el interior eran

          pequeñas, espigadas, como pajarillos.








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