Page 105 - Limbo - Bernard Wolfe
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desembarcar debido a los arrecifes y acantilados,
dos botes se hicíeron pedazos y la mayor parte de
sus pasajeros se ahogaron, pero el resto lo
consiguieron.
Se establecieron muy pronto. Cuando sus
nervios dejaron de vibrar empezaron a reunirse
sentados con las piernas cruzadas en torno a sus
hogueras nocturnas y hablaron de sus milagrosas
aventuras. Principalmente hablaron del gran
descubrimiento que habían hecho: que existían
demonios en las cabezas de aquellos que
deseaban la lucha, y que esos demonios podían
ser extirpados con un escoplo y una piedra. (Lo
llamaron «descubrimiento», aunque jamás
supieron cuál había sido el resultado de su propia
caza de demonios. ¿Pero qué hay de empírico en
la elaboración de un mito que relaciona los sueños
ligándolos enteramente a un descubrimiento en el
que se han puesto todas las ilusiones?) Allá en
Madagascar habían decidido llamar a esta nueva
ceremonia Mandunga, «arrojar los demonios de
la cabeza». Esos X‐bantúes‐árabes‐malayos se
dieron cuenta ahora de que necesitaban un
nombre para sí mismos, y puesto que eran gente
que no deseaba la lucha vieron que resultaba
lógico llamarse a sí mismos los mandunji,
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