Page 124 - Limbo - Bernard Wolfe
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expuesto  ante  vuestros  ojos  para  estudiar  y



            operarlos, cuántos centenares de miles de páginas


            de datos hemos recogido de esos cerebros. Estoy


            completamente  seguro  de  que  aquí  en  esta


            caverna hemos aprendido y registrado más acerca


            del cerebro humano y su forma de trabajar de lo


            que  se  conoce  en  cualquier  lugar  del  mundo.


            Mucho más. Mirad las pruebas.



                  Señaló  de  nuevo  los  diagramas.  En  el  de  la


            izquierda  se  leía:  «Mapa  citoarquitectónico  del


            cerebro humano post‐Brodman (1970)», en el de


            la derecha: «Mapa cítoarquitectónico del cerebro


            humano Mandunga (1990)». En ambos se veían


            zonas  delimitadas  y  numeradas  reflejando  las



            superficies  corticales,  el  cerebelo,  el  tálamo,  el


            hipotálamo, la hipófisis, y otras partes internas.


            Además,  ampliaciones  especiales  de  algunas


            zonas mostraban con detalle las interconexiones


            entre las células de las distintas partes, entre el


            hipotálamo  y  la  hipófisis,  entre  el  tálamo  y  los


            lóbulos prefrontales del córtex, etc.



                  —Estos dos diagramas cuentan la historia —


            dijo—. El primero muestra lo que los neurólogos


            de mi mundo habían descubierto allá por el año


            1970, en el año que  comenzó  la  Tercera  Guerra


            Mundial,  según  los  trabajos  de  Brodman  y  de



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