Page 126 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Una cosa lo preocupaba: estaba casi seguro de que


            en alguna parte al otro extremo del páramo debía


            de haber algunas casas. No sabía qué hora era, pero


            imaginaba  que,  al  menos,  debería  haber  avistado


            luz en alguna ventana, aunque fuera el resplandor


            de las llamas en los grandes hogares. Pero no había


            nada  de  eso,  ningún  resplandor  lejano,  nada  en



            absoluto.



            «Como si se hubieran ido todos. Como Pete».



            Un poco más adelante, el camino se adentraba en el


            bosque  y  discurría  entre  los  árboles  con  apenas


            unos metros a cada lado. Imaginó que los vetustos


            abetos  lo  protegerían  del  viento  racheado,  pero


            internarse en aquella ominosa oscuridad no le hacía



            mucha gracia, dadas las circunstancias. De pronto,


            todo  el  asunto  le  estaba  produciendo  cierto


            resquemor,  como  si  ya  no  fuese  tan  buena  idea.


            Hasta  le  parecía  que  los  árboles  que  se


            arremolinaban  a  ambos  lados  del  camino  se


            inclinaban  sobre  este  como  garras  oscuras  y


            amenazantes. Con una amarga sonrisa, pensó que



            si había habido alguna vez un camino que llevase a


            la Casa de la Bruja, era aquel.



            Esa  sensación  se  intensificó  cuando  estuvo


            recorriendo el camino ya rodeado por los árboles.


            Sin  luna  que  iluminase  su  avance,  parecían





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